Por Raúl Caraveo @raulcaraveo
El expresidente Andrés Manuel López Obrador sigue mandando, en el imaginario colectivo de un grupo de analistas plenamente identificados con la derecha conservadora de México que difunden sus artículos por los medios de comunicación de alcance nacional que durante los seis años pasados nunca reconocieron al menos un acierto del expresidente. En efecto para esta oposición rancia que observó ya cómo sus condiciones económicas no variarían con el cambio de gobierno, es decir no regresaran los grandes cheques provenientes dela secretarías de Estado y/o direcciones nacionales. Tendrán que aguantar otros seis años en austeridad. El último gran benefactor Enrique Peña Nieto gastó 60 mil 237 millones de pesos en publicidad oficial, solo diez medios concentraron el 48% del presupuesto oficial y 850 tuvieron participación del 52% restante. Y esta es una estimación aproximada ya que todos sabemos que hay otras formas indirectas de allegarse recursos como permisos, licencias, contratos, en fin.
La narrativa de éstos críticos del sistema que en el pasado eran aduladores profesionales ha quedado vacía; salvo los más pensantes por no decir menos estultos que no son más de tres, el resto es aserrín apolillado. Y es por varios factores dentro de los cuales destaca la falta de inventiva, creatividad, intelecto, profundidad, argumentación; es como si solo fueran voceros de la oposición partidista; imagínese con lo que son hoy el PAN, PRI y Claudio X para no mencionar a los demás conspicuos personajes desechables que más podrían hacer. ¿Qué podrían destacar y desarrollar con ideas expresadas de Alito Moreno, Marko Cortes hoy Jorge Romero o Claudio X?
AMLO gobierna desde Palenque. Ok, bien hacen en reconocer el indiscutible valor y fortaleza moral para considerar que el movimiento de un arbusto puede ser por una orden del expresidente, por sobre todos los fenómenos siempre sobresaldrá alguien atrás manejando los hilos. Control total de 36 millones de ciudadanos y de la mayoría calificada de senadores, diputados y gobernadores.
Extraordinario poder.
En 46 días del ejercicio de la presidencia de la República de Claudia Sheinbaum y bajo las presiones de la magnificación de noticias de violencia interna, las declaraciones y nombramientos de Donald Trump y otros factores, la oposición medianamente pensante ha podido intuir que el nuevo estilo de Sheinbaum no les es amable, empático, obsequioso, es decir entre más presionan la respuesta es muy similar a las que daría AMLO, bajo un nuevo perfil cauto, sereno, breve, concreto. Y eso genera más desesperación y más posibilidades de error y contradicción.
Mencionan que su deseo es que pronto “se libere” de la sombra de AMLO, rompa y asiente su poder -obviamente accesible a ellos- pero esto no ocurrirá.
Si AMLO sigue influyendo (cosa que no creo) es muy factible que sus seguidores sientan agrado y lo respalden, no así los grupos de poder y las cúpulas de organizaciones identificadas con la oposición. De cualquier forma el argumento de rompimiento no tiene sentido en el contexto general; pero si el fortalecimiento del actual equipo de gobierno frente a la oposición interna (moralmente derrotada) y –lo más importante- que son las presiones internacionales que vendrán por los ajustes de nuestro vecino y principal socio comercial.
Un cambio de régimen es una transformación peculiar y llevada pacíficamente implica riesgos necesariamente, reacciones desafortunadas y el fin de algunos sectores y prácticas; la transformación seguirá y algunos damnificados quedarán por el camino, ya lo estamos viendo. Claudia Sheinbaum está demostrando fortaleza, conocimiento y decisión.
Gracias por su lectura y réplica en redes. @raulcaraveo