Como si de una competición se tratara, las compañías aéreas, como parte de su estrategia para capitalizar los diferentes nichos de mercado, luchan por programar el desplazamiento intercontinental más largo sin escalas. Y con el vuelo SQ22 entre Singapur y Nueva York, de casi 19 horas de duración, Singapore Airlines recupera el primer lugar en la clasificación de las compañías que realizan los trayectos más largos, que ostentaba hasta la fecha el vuelo 921 de Qatar Airways entre Auckland y Doha, de aproximadamente 18 horas.
Aunque no es menos cierto que poco antes de que el SARS-CoV-2 lo complicara todo, se produjo un vuelo experimental a cargo de la aerolínea australiana Qantas que puede ser considerado perfectamente el trayecto aéreo más largo del mundo. El que se llevó a cabo a finales de octubre de 2019 entre Nueva York y Sydney, sin escalas, que duró casi veinte horas. Eso sí, se completó una vez con el objetivo de evaluar su idoneidad tanto en términos económicos como de salud para sus ocupantes ya que se estudia implantarlo, junto con otros de larga duración, a partir de 2022.
En cualquier caso, si hablamos de vuelos regulares y plenamente operativos, el que une Nueva York y Singapur es de momento el que mayor distancia recorre, aproximadamente 15,347 kilómetros. Eso sí, otros como trayectos como el que une Auckland (Nueva Zelanda) y Doha (Emiratos Árabes) o Perth (Australia) y Londres (Reino Unido) no tienen nada que envidiar.