Hace un año cuando la pandemia de covid-19 estaba aún en su relativa infancia, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destacó que un enfoque global sería la única salida a la crisis por covid-19.

“Para salir adelante necesitamos solidaridad: solidaridad a nivel nacional y solidaridad a nivel mundial”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una conferencia de prensa en abril de 2020.

Doce meses después y las devastadoras imágenes en la India, donde los hospitales se han visto abrumados por un aumento de casos de covid-19 y miles mueren por falta de oxígeno, sugieren que las advertencias no fueron escuchadas.

La India no es el único  país en una situación alarmante por covid-19. Turquía entró en su primer confinamiento el jueves, un paso no deseado pero provocado por las tasas de infección que ahora son las más altas en Europa.

Irán reportó el lunes su mayor número diario de muertes por covid-19, y muchos pueblos y ciudades se vieron obligados a cerrar parcialmente para frenar la propagación del virus. El presidente de Irán, Hassan Rouhani, dijo que el país sufre una cuarta ola de infecciones.

El panorama en gran parte de Latinoamérica es también sombrío. Brasil, con más de 14,5 millones de casos confirmados de coronavirus y más de 400.000 muertes, según datos de la Universidad Johns Hopkins, sigue teniendo la tasa más alta de muertes por millón en el mundo por el virus.

Algunos países han ofrecido ayuda a medida que surgen los epicentros, por ejemplo, enviando concentradores de oxígeno, ventiladores y otros suministros médicos a la India en los últimos días. Sin embargo, la respuesta global coordinada que instó Tedros hace un año –y en repetidas ocasiones desde entonces por la OMS y otros organismos sanitarios mundiales— sigue siendo esquiva.

Mientras algunos en el países occidentales esperan volver a una vida más normal en las próximas semanas, el panorama mundial sigue siendo terrible. El número de casos globales de covid-19 ha aumentado por novena semana consecutiva y el número de fallecimientos ha aumentado por sexta semana consecutiva, señaló la OMS el lunes pasado.

“Para ponerlo en perspectiva, hubo casi tantos casos en todo el mundo la semana pasada como en los primeros cinco meses de la pandemia”, dijo Tedros.

COVAX, la iniciativa mundial de intercambio de vacunas que ofrece dosis gratuitas o con descuento para los países de bajos ingresos, sigue siendo la mejor oportunidad que tiene la mayoría de adquirir dosis de vacunas que podrían controlar la pandemia.

Pero depende en gran medida de la capacidad de la India, a través de su Serum Institute of India (SII, por sus siglas en inglés) para producir dosis de la vacuna AstraZeneca, que son la piedra angular de la iniciativa COVAX.

Si bien la India prometió suministrar 200 millones de dosis COVAX, con opción para hasta 900 millones más, las cuales se distribuirán a 92 países de bajos y medianos ingresos, su propia situación ha llevado a Nueva Delhi a cambiar el enfoque de la iniciativa para priorizar a sus propios ciudadanos.

“Desequilibrio impactante”

Y al mismo tiempo, los países occidentales han sido criticados por almacenar vacunas. Algunos, incluidos Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, han pedido muchas más dosis de vacunas de las que necesitan.

El secretario de Salud de Reino Unido, Matt Hancock, dijo el miércoles que el Reino Unido —que ahora está vacunando a personas sanas de 40 años y que ya ha ofrecido al menos una dosis a todos sus residentes mayores y más vulnerables— no tenía vacunas sobrantes para enviar a la India. .El gobierno del Reino Unido ha dicho que compartirá las dosis excedentes en una etapa posterior.

El SII “fabrica y produce más dosis de vacunas que cualquier otra organización. Y obviamente eso significa que pueden proporcionar vacunas a las personas en la India al costo”, dijo Hancock. “India puede producir su propia vacuna, con base en tecnología británica, que es… la mayor contribución que podemos hacer, que proviene efectivamente de la ciencia británica”.

En Estados Unidos, todas las personas mayores de 16 años ya son elegibles para la vacuna contra el covid-19 y el 30% de la población está completamente vacunada, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) ofrecidos este viernes. A principios de la semana, la Casa Blanca dijo que donaría hasta 60 millones de dosis de la vacuna AstraZeneca —de la cual tienen en existencia pero su uso no ha sido autorizado— en los próximos meses tras una revisión de seguridad federal.

Más de la mitad de la población total de Israel ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus, y el país está reduciendo las restricciones.

A principios de abril, solo el 0,2% de las más de 700 millones de dosis de vacunas administradas a nivel mundial se aplicaron en países de bajos ingresos, mientras que los países de ingresos altos y medianos representaron más del 87% de las dosis aplicadas, según Tedros.

En los países de bajos ingresos solo una de cada 500 personas ha recibido la vacuna contra el covid-19, en comparación con casi una de cada cuatro personas en los países de altos ingresos, un contraste que Tedros describió como un “desequilibrio impactante”.

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“Algunos [de los 92 países de menores ingresos] no han recibido ninguna vacuna, ninguno ha recibido suficiente y ahora algunos países no están recibiendo la segunda ronda a tiempo”, informó Tedros en un evento global de donantes el 15 de abril.

«Hemos demostrado que COVAX funciona. Pero para desarrollar todo su potencial, necesitamos que todos los países asuman los compromisos políticos y financieros necesarios para financiar completamente COVAX y poner fin a la pandemia».

Si bien muchas naciones más ricas han prometido fondos, han estado menos dispuestas a renunciar a sus vacunas contra el covid-19. La semana pasada Francia se convirtió en el primer país en donar dosis de AstraZeneca de su suministro nacional a COVAX.

«El problema es que las personas que tienen el poder son predominantemente gobiernos nacionales», dijo Michael Head, investigador principal en salud global de la Universidad de Southampton, en Inglaterra. «La OMS ofrece orientación, pero no tiene mucho poder. Y es la OMS la que trabaja en cosas como la equidad para garantizar que el mundo esté lo más protegido posible».

«Obviamente, los gobiernos nacionales están ahí para actuar en beneficio de sus propios ciudadanos, y cuando se trata de una pandemia, el mundo es bastante egoísta, todos los países son bastante egoístas, hasta cierto punto, primero cuidan razonablemente de su propia gente».

La “única solución verdaderamente global”

La iniciativa liderada por la OMS, la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización, conocida como GAVI, y la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Epidemias (COVAX) fue anunciada el año pasado como la “única solución verdaderamente global” a la pandemia al garantizar un acceso global equitativo a las vacunas contra el covid-19.

Su objetivo inicial era tener 2.000 millones de dosis de vacunas disponibles para finales de 2021, lo que debería ser suficiente para proteger a las personas vulnerables y de alto riesgo, así como a los trabajadores de servicios médicos de primera línea de los países participantes, según Gavi.

Pero el acaparamiento de vacunas por parte de los países ricos y la interrupción de los suministros, COVAX ha tenido problemas para mantenerse al día con su programa de entrega.

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COVAX entregó su primer lote de dosis de la vacuna contra el covid-19 a Ghana el 24 de febrero. Hasta ahora, ha enviado 49,5 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus a 121 países, muy por detrás del plan original de distribuir 100 millones de dosis para finales de marzo.

“Nuestro objetivo inicial era llegar al 20% de la población, con un enfoque específico en los 92 países y territorios de más bajos ingresos elegibles para el apoyo del compromiso de mercado avanzado COVAX de Gavi», dijo un portavoz de Gavi.

«Ahora hemos asegurado acuerdos por mucho más allá de esa cantidad, aunque el contexto de oferta ajustado en los mercados globales significa que la primera mitad del año ha experimentado retrasos en la entrega de dosis a los países. Con la financiación adecuada en su lugar, creemos que será posible financiar y asegurar 1.800 millones de dosis para esas 92 economías de menores ingresos (AMC92) en 2021 «.

La lucha de COVAX es un ejemplo revelador de los obstáculos para una respuesta global coordinada, ya que los países individuales priorizan sus propios intereses.

COVAX compra vacunas contra el coronavirus a granel a un precio más bajo de las compañías farmacéuticas y las asigna a los países participantes. Los países de más altos ingresos pueden comprar las vacunas a precios más baratos negociados por COVAX —y tal vez como respaldo de sus propios acuerdos bilaterales— mientras que los países de más bajos ingresos pueden obtener las dosis a un precio con descuento o gratis, de otro modo no podrían pagarlas.

Sin embargo, desde el principio COVAX ha luchado para asegurar las vacunas de los fabricantes, ya que las naciones ricas se apresuraron a hacerse con el suministro mundial de vacunas a través de sus propios acuerdos bilaterales con compañías farmacéuticas.

Según datos compilados por la Universidad de Duke, los países de altos ingresos tienen actualmente 4.700 millones de dosis de vacunas contra el covid-19, mientras que COVAX ha comprado solo 1.100 millones.

Además, COVAX solo puede distribuir vacunas aprobadas por la OMS, lo que ha limitado su cartera. Hasta ahora, solo las vacunas de Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Johnson & Johnson han recibido luz verde para uso de emergencia por parte de la OMS.

Si bien estas vacunas cuentan con una tasa alta de eficacia de alrededor del 95%, tanto las vacunas Pfizer-BioNTech como Moderna requieren almacenamiento en congelador, y muchos países de bajos ingresos simplemente no tienen esa capacidad de almacenamiento en frío.

Por lo tanto, antes de que la OMS aprobará la vacuna Johnson & Johnson en marzo, COVAX dependía en gran medida de la vacuna de AstraZeneca, la cual puede mantenerse a temperaturas normales de refrigeración. A principios de marzo, COVAX dijo que el objetivo era entregar 237 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca a 142 países para fines de mayo, un objetivo que es poco probable que se logre dado a la demora en los suministros de la India.

«Si muchas de las vacunas de AstraZeneca se fabrican en la India, y el país tiene miles de muertes todos los días y está completamente abrumado, entonces puedes ver otro desafío para COVAX», dijo Dale Fisher, profesor de enfermedades infecciosas en la Universidad Nacional de Singapur.

Equidad de vacuna

Gavi le dijo a CNN que espera que toda la producción de vacunas de la India se comprometa a proteger a sus propios ciudadanos “al menos durante el próximo mes”. Sin embargo, insistió en que tales problemas se habían anticipado y que, como resultado, estaba en conversaciones con los fabricantes de otras vacunas candidatas sobre los calendarios de suministro.

Las siguientes en la lista de aprobaciones de la OMS son dos vacunas fabricadas en China. Se esperaba que la vacuna fabricada por el gigante farmacéutico estatal chino, Sinopharm fuese aprobada a finales de abril, mientras que se estima que la otra vacuna fabricada por la empresa privada Sinovac se apruebe a principios de mayo.

Al igual que las vacunas de AstraZeneca y Johnson & Johnson, ambas vacunas chinas requieren condiciones normales de refrigeración y, por lo tanto, pueden transportarse más fácilmente en los países en desarrollo.

China se comprometió a donar 10 millones de dosis de sus vacunas a COVAX, pero ese número se queda corto en comparación con las más de 100 millones de dosis que ha enviado al extranjero a través de acuerdos bilaterales con países individuales, incluidas donaciones a países pobres.

Si bien es un gesto de bienvenida, estos acuerdos de donación a menudo son influenciados por la política y no necesariamente conducen a que las vacunas lleguen a los países más necesitados.

Thomas Bollyky, director del Programa de Salud Global del Consejo de Relaciones Exteriores, señaló que de los 65 países a los que China ha prometido donaciones —todos menos dos— son participantes de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), el programa de comercio e infraestructura global multimillonario de Beijing.

«Si bien me alegro de que China esté donando, esas donaciones no se están distribuyendo con la prioridad de prevenir muertes innecesarias o terminar con esta pandemia lo antes posible», dijo Bollyky. «Parecen distribuirse de la manera guiada por el interés estratégico de China».

Otra preocupación es la falta de transparencia en torno a las dos vacunas chinas, dijo Bollyky. Ni Sinopharm ni Sinovac han publicado los datos completos de los ensayos clínicos en etapa tardía.

Liberación de patentes

Dado a que la demanda supera a la oferta, se le ha pedido a las grandes empresas farmacéuticas que liberen las patentes de sus vacunas para permitir su más amplia producción.

Bollyky dijo que para ampliar la fabricación mundial de vacunas lo que realmente se necesita es la transferencia de tecnología.

«No es solo una cuestión de propiedad intelectual. También es la transferencia de conocimientos», dijo. «No creo que haya pruebas claras de que una exención de propiedad intelectual sea la mejor manera de que se produzca esa transferencia de tecnología».

La renuncia a las patentes no funcionará de la misma manera para las vacunas que para los medicamentos, dijo Bollyky. En el caso de los medicamentos contra el VIH, por ejemplo, los fabricantes fueron más o menos capaces de realizar ingeniería inversa sin mucha ayuda del desarrollador original.

«Es muy diferente para las vacunas, donde en realidad es un proceso tanto biológico como un producto. Es difícil ampliar la fabricación en este proceso para la empresa original, y mucho menos para otro fabricante que intenta resolver esto sin ayuda», dijo. «Requiere mucho conocimiento que no es parte de la PI [propiedad intelectual]».

El acuerdo entre AstraZeneca y el Serum Institute of India es un ejemplo exitoso de dicha transferencia de tecnología, dijo Bollyky, donde la licencia de propiedad intelectual se realizó de forma voluntaria. «La pregunta es qué podemos hacer para facilitar más acuerdos como el de AstraZeneca y el Serum Institute of India para tener esta transferencia», afirmó.

Head, investigador de la Universidad de Southampton, considera que el problema más importante es la capacidad de fabricación.

«No hay muchos sitios que puedan fabricar cualquiera de las vacunas aprobadas a gran escala ,ciertamente no lo suficiente para cubrir a los 8.000 millones de habitantes en todo el mundo», dijo.

«Compartir la propiedad intelectual durante la pandemia es algo que debería suceder, pero eso no resuelve los problemas», indicó. Fabricar vacunas es difícil. Es difícil establecer rápidamente un nuevo sitio con todo el equipo, la infraestructura, todos los ingredientes de la vacuna, con el personal adecuado para producir una gran cantidad de productos de vacuna de alta calidad. Eso es complicado».

La reducción de la India en las exportaciones de vacunas a COVAX y otros países mientras lucha contra su propia crisis es comprensible, dije Head, pero «obviamente tendrá consecuencias para otros países, particularmente aquellos en las partes más pobres del mundo en las que apenas han vacunado a alguna parte de su población. Eso esencialmente sostendrá la pandemia por un poco más de lo que esperábamos «.

Head predice que las interrupciones en el suministro continuarán durante los próximos 6 a 12 meses, mientras que la demanda se mantiene por las nubes y las empresas luchan por adquirir ingredientes limitados y aumentar la producción.

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Perseguir la soberanía de las vacunas

En este contexto, algunos países están buscando diversas formas de obtener las dosis de vacunas que tanto necesitan.

El ministro de Salud de Turquía, Fahrettin Koca, dijo el miércoles que Turquía experimentaría dificultades para obtener vacunas durante los próximos dos meses.

Además de firmar un acuerdo por 50 millones de dosis por la vacuna rusa Sputnik, el país también comenzará a producirla localmente, dijo Koca en un discurso grabado. El país también trabaja para desarrollar su propia vacuna, y el candidato más avanzado es una vacuna inactiva que se espera comience pronto su fase 3 de pruebas, según el ministro.

Cuba también está persiguiendo la soberanía de las vacunas con el desarrollo de cinco candidatas a la vacuna contra el covid-19, dos de las cuales se encuentran en la fase final de tres ensayos. Aislada durante mucho tiempo de gran parte del mundo, Cuba tiene una experiencia en la producción de medicamentos que pocas naciones en desarrollo pueden igualar.

Según Head, aumentar la capacidad de investigación y producción en todo el mundo será clave para gestionar futuras pandemias.

«Entre tiempos de pandemia, debemos aprender lecciones sobre cómo mejorar la infraestructura para la investigación en entornos de ingresos bajos y medianos bajos», dijo. «Necesitamos varios centros grandes, sitios de fabricación en África y el sudeste de Asia y América del Sur que sean capaces de desarrollar vacunas, diagnósticos y terapias a gran escala, y también con el papeleo en su lugar».

Ese papeleo, según Head, garantizaría que las vacunas producidas en tales centros regionales vayan primero a los países que las necesitan, y evitaría que las naciones más ricas se salten la cola.

 

Fuente: CNN en Español

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