Por Eduardo Camacho Rivera

Columna Trasfondos

La incertidumbre aparentemente concluyó en Morena de Quintana Roo, respecto a las pretensiones del poderoso Rafael Marín Mollinedo por la gubernatura. Pero así parecía ser también hace unas semanas, cuando aseguraba, como lo hizo el pasado lunes, que no aspiraba a la candidatura de su partido para disputar la silla estatal.

Pero creció como bola de nieve la versión de que sí iba; surgieron los pronunciamientos  a su favor y hasta promesas de declinaciones sí efectivamente, la postulación morenista era asumida por él.

Esta semana, una vez más, Marín Mollinedo externó que no anda en campaña ni en precampaña, y que no participará en el proceso interno de Morena para definir a su abanderada o abanderado.

La gran duda es ¿creerle o no creerle?, y este tema de Rafael Marín mantiene seguramente con mucha inquietud particularmente a Mara Lezama,  presidenta municipal de Benito Juárez, quien con Maribel Villegas, José Luis Pech Varguez y Luis Alegre Salazar, son los aspirantes formalmente registrados en busca de la postulación a la gubernatura.

El importante cargo que ostenta Marín Mollinedo, como director general del Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec, le permite protagonizar diversos eventos públicos, y no parece casualidad que sus apariciones se incrementaron -o cuando menos se difundieron mucho más- en los últimos meses.

Hace apenas un par de semanas, este empresario tabasqueño muy cercano al presidente AMLO, cambió radicalmente su postura negativa en cuanto a sus aspiraciones a la gubernatura, al dejar entrever que sigue en la búsqueda,  que “todo puede ser”; que le “preocupa” que Quintana Roo quedé en manos del Partido Verde Ecologista, en un devastador “misil” finamente dirigido a Mara Lezama.

Bueno, hasta expuso que una cláusula de su partido le podría permitir ser designado directamente como el candidato. Así de fácil.

Por eso no convencen del todo sus reiteradas “aclaraciones” de que no busca nada, y no pocos se preguntan si en realidad ya todo está dispuesto para entregarle en el último minuto la postulación, algo que -insistimos- le está quitando el sueño sobre todo a Mara, a quien de por sí ya le atormenta que José Luis Pech Varguez aparezca en el primer lugar de las encuestas de Morena en Quintana Roo.

El escenario se le ha complicado a la alcadesa de Benito Juárez por varias razones: Se ha maniobrado en su contra por sus nexos con el cuestionado “Niño Verde” Emilio González Martínez, considerado su verdadero jefe político. Sostiene un encendido enfrentamiento con la senadora Maribel Villegas. Se le ha señalado por enriquecimiento ilícito, y por su desprecio al sur y centro de Quintana Roo, sitios en los que el nativismo y el repudio a los funcionarios “importados” se ha extremado aún más, tras lo ocurrido en estos últimos ya casi seis años del actual gobierno estatal.

Por eso, Marín Mollinedo era -o es- visto como el único morenista auténtico y con las mejores posibilidades de derrotar a la poderosa Mara. Pero ya reiteró que no va. Aunque “todo puede ser”, como el mismo lo ha dicho.

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