Por Eduardo Camacho Rivera
Columna Trasfondos
Bastante sorpresiva fue la licencia solicitada por la senadora Mayuli Martínez Simón para separarse temporalmente de la Cámara Alta, sobre todo por tratarse de una de las legisladoras federales que más ha trabajado a favor de Quintana Roo en muy diversos problemas y gestiones.
Pero como todo en este complicado mundo del acontecer político, la decisión de la ahora senadora con licencia tiene un significativo trasfondo en estos tiempos electorales, dado que asumió nada menos que como coordinadora de las campañas federales de la alianza “Va por México” en Quintana Roo.
La lectura no puede ser otra: Es una más de las determinaciones que sin duda la fortalecerán en lo que respecta a sus aspiraciones políticas a futuro, en las que sigue tejiendo fino, con calma pero firmemente, sin escándalos ni declaraciones estruendosas.
En lo inmediato y práctico, se le ha ubicado en esa importante coordinación porque tiene evidentes habilidades para la operación política. Se le necesita en esta compleja coyuntura comicial, para sacar avante las candidaturas de las y los cuatro candidatos a las diputaciones federales por la coalición que conforman el PAN, PRD, PRI y Confianza por Quintana Roo.
Los retos no son, por supuesto, nada fáciles. Justamente por eso se le asignó una responsabilidad de ese tamaño, por su capacidad de maniobra en momentos en los que la marca “AMLO” sigue todavía pesando a favor de Morena.
Pero en los comicios del próximo 6 de junio, ya tampoco veremos la aplanadora morenista que arrasó con todo en las elecciones del 2018. El ejercicio del poder tiene sus costos, y ya desde las pasadas contiendas electorales locales efectuadas en diversas entidades en el 2019 y el 2020, Morena decreció electoralmente.
Los enfrentamientos internos y los despropósitos siguen minando a Morena, como ocurrió, por mencionar un ejemplo local, con la imposición de la cancunense Anahí González como candidata a diputada federal por el Distrito II, que corresponde al sur de la entidad.
Este desaguisado de imponerla, así como la propia y deplorable actuación de Anahí González, quien ni siquiera sabe pronunciar los nombres de las poblaciones sureñas y el gentilicio para la entidad, le han ocasionado el repudio popular, y tienen prácticamente en la lona a Morena en este Distrito II, en una circunstancia que desde luego favorece los planes de Mayuli Martínez.
EL “CHEPE” CONTRERAS, FIRME EN BACALAR
Por otra parte, el Ayuntamiento de Bacalar parece ya estar en manos, por segunda ocasión, del conocido José Alfredo “Chepe” Contreras Méndez, quien ostenta la candidatura de la alianza PAN-PRD-PRI para la presidencia municipal que ya ejerció con anterioridad, en el trienio 2013-2016.
El “Chepe” Contreras está bien asesorado y cuenta con un buen equipo de trabajo. No tiene oponentes que le representen una considerable competencia electoral, por lo que marcha tranquilo hacia el inicio de las campañas electorales para los ayuntamientos.
Empero, tampoco se confía, sabe que en las cuestiones del poder político también del “plato a la boca se cae la sopa”, y por ello se ha dedicado a sumar, a hacer alianzas en la ciudad y en las comunidades, a fin de no dejar cabos sueltos.
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