“La última palabra”
Por: Jorge A. Martínez Lugo
- LA MAFIA VERDE ¿UN MITO?
Jorge Emilio González no es el “innombrable”; es “El invisible”. No se ve, pero se siente. No aparece, pero pesa. No da la cara, pero opera una organización de crimen organizado de cuello blanco, desde el gobierno.
Son tan inverosímiles sus negocios y andanzas, que de pronto se quiere soltar la especie de que “la mafia verde es un mito”; que no existe y que solo es imaginación de la guerra mediática.
Los nuevos acuerdos de Bucareli operados por el Conde de Covián, Adán Augusto López, se desconoce si incluyó quitarle la mafia verde de encima a Mara Lezama, o en qué momento sucederá -si es que el tema se trató-, antes de que sea demasiado tarde.
La encuesta que circuló ayer, de Electoralia, que coloca en segundo lugar a José Luis Pech, a escasos siete puntos por debajo de Mara, a más de un mes de empezar las campañas, es una señal tangible que los negativos pesan.
La mafia de cuello blanco, que encabeza Jorge Emilio “El invisible”, es un negativo que puede definir las elecciones, aún cuando se pretende instalar en el imaginario colectivo que “la mafia verde, es un mito”.
CRIMEN ORGANIZADO DESDE LA XVI LEGISLATURA
Un ejemplo de cómo opera la mafia verde dentro del gobierno, es el Congreso del Estado.
Su cabeza de playa es el diputado de cuello blanco, José de la Peña. Él operó la inserción del párrafo para otorgar exenciones fiscales a la instalación de casinos, porque Jorge Emilio “El Invisible” precisamente, tiene la franquicia para instalarlos.
En enero de 2020 estalló la crisis, porque salió a la luz que el presidente de la Comisión de Hacienda, Presupuesto y Cuenta, está en manos de Lutero, es decir, de José de la Peña, quien insertó el párrafo de marras para exentar a los casinos, a la versión que ya se había aprobado en comisiones, por lo que el tema no fue incluido en la exposición de motivos. Es decir, una chicanada de baja ralea dentro de la XVI Legislatura.
El propio gobernador, Carlos Joaquín, al ver amenazados sus ingresos en Sefiplan, tuvo que salir a decir que “espero que no haya habido una mala intención por parte de los diputados”, al señalar que dicha propuesta “salió de un miembro del poder legislativo”.
Otra chicanada legislativa de José de la Peña, es el pretendido cobro por uso de “contenedores inteligentes” para basura en Cancún, concesión que se otorgaría a una empresa ligada a Jorge Emilio. Este punto también fue agregado en lo oscurito, por lo que fue aprobado en el paquete de Ley de Hacienda 2020 de Benito Juárez, pero revertido en febrero de 2020, después que estalló el escándalo.
LA MAFIA RUMANA
Otro caso es su vinculación con la “mafia rumana”, por lo cual la Unidad de Inteligencia le congeló sus cuentas, mismas que fueron liberadas, aunque no exonerado, pero fue destituido como dirigente estatal del partido verde, para ser remplazado por otra fichita.
Estos ejemplos, marcan el talante moral del diputado misterioso, que casi no habla, siempre concentrado en su celular en las sesiones, quien está al servicio de los negocios de la mafia verde, esa que dicen que es “un mito”
Lo más grave: José de la Peña, es el candidato de Jorge Emilio, para ser el titular de Sefiplan de Mara Lezama.
EL CARTEL DEL DESPOJO
Desde el Congreso también opera Gustavo Miranda, pieza clave de la red del despojo de cientos de departamentos en Cancún, además, departamentos de alta plusvalía. Expedientes abiertos en la Fiscalía, involucran a su propia madre, Erika García Deixter y Pablo Bustamante Beltrán, dirigente del partido verde, quien sustituyó a De la Peña.
EL ASALTO A LA COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS
Otro caso de cómo opera la mafia de cuello blanco desde el congreso, se da en torno a la diputada Judith Rodríguez Villanueva, quien no actúa sola.
En una acción concertada, reforman la ley, aún en contra de las constituciones estatal y federal y de los tratados internacionales, para que los propios diputados puedan presidir la CDH que se supone, es un organismo constitucional autónomo. Una vez reformada la ley, se pasan al otro lado del mostrador y solicitan la presidencia, para consumar el asalto.
El espacio es insuficiente para seguir narrando sus fechorías, pero lo seguiremos haciendo en otras entregas.
Mientras tanto, si en la “operación cicatriz” de Bucareli no está considerado quitarle de encima a Mara Lezama la mafia verde de cuello blanco, el triunfo de Morena en Quintana Roo estará en alto riesgo, tal como lo empiezan a demostrar las encuestas.
Quintana Roo, entonces, podría ser el laboratorio de la 4T a nivel nacional, bajo la siguiente ecuación: Mara no es Morena, sino verde; Pech es naranja, pero más 4T. El elector, usted, tiene la última palabra.
Chetumal, 240222.