Los contagios de COVID-19 están creciendo, sobre todo en las entidades más pobladas, pero de manera destacada en las favoritas de los turistas internacionales: Baja California Sur y Quintana Roo, estados que han seguido abiertos a los viajeros sin ninguna restricción.
Esta Navidad el malecón de La Paz, capital de Baja California Sur y que al principio de la pandemia se cerró a los paseantes, estaba lleno de turistas y las hermosas playas de la zona se encontraban colmadas.
En Los Cabos, donde se encuentran los principales resorts de turismo internacional, los hoteles estaban al 75 por ciento de su capacidad la semana del 25, según la Secretaría de Turismo federal.
“En diciembre, enero, el turismo se disparó. La gente está cansada del encierro”, dijo Israel Coto, administrativo de un hotel-restaurante en La Ventana, a unos 35 kilómetros al sureste de La Paz.
Los contagios también se dispararon. Según datos del Gobierno federal, el 29 de diciembre se superaron los 700 casos en el estado frente al máximo histórico de julio que no llegaba a los 580.
En el extremo opuesto del país, Quintana Roo, donde se localizan Cancún y la Riviera Maya, también se registró un fuerte aumento al pasar de 27 casos el 20 de diciembre a 484 infectados ocho días después, aunque todavía no se alcanzó el máximo de 574 de pasado mes agosto.
“Esta nueva variante (ómicron) es muy contagiosa, pero afortunadamente no está demandando de hospitalización ni tenemos casos de incremento de fallecimientos”, dijo este martes el presidente Andrés Manuel López Obrador.
México registró su peor momento de la pandemia hace un año, cuando los hospitales no daban abasto y los fallecimientos por COVID-19 superaban los 1,400 diarios aunque muchos más quedaban sin poder confirmarse con una prueba.
Sin embargo, el número de contagios fue mucho mayor en la oleada del verano, que tuvo su pico en agosto con más de 25,000 infectados en una sola jornada (ahora rondan los 10,000).
En ningún momento el país cerró sus fronteras ni obligó a pruebas obligatorias de COVID a los turistas que llegaban por vía área, aunque sí tenían que rellenar un cuestionario de salud y en muchos aeropuertos y puntos de entrada había personal para toma de temperatura.
Las únicas restricciones fueron vía terrestre en la frontera con Estados Unidos que sí quedó cerrada a viajes no esenciales hasta el pasado noviembre.
Coto consideró positivo que los turistas estén regresando a las playas como en la que él trabaja, en el sur de la península de Baja California y a orillas del Mar de Cortés, pero reconoce que existe preocupación por el auge de contagios: “Hay un poco de nerviosismo. La vacuna ayudó un poquito a que hubiera certidumbre, pero aún así”.
La cautela de la población empezó a notarse el fin de semana de Año Nuevo, explicó Daniela Yepiz, quien trabaja como estilista en La Paz. Después del auge de la semana de Navidad para el día 31 se cancelaron muchas citas: “La gente dejó de venir”.
Según el secretario de Salud, Jorge Alcocer, los últimos estudios parecen apuntar a que, aunque haya nuevas variantes, gracias al efecto de las vacunas el virus podría empezar a aletargarse hasta tener efectos similares a los de un resfriado común. No obstante, subrayó, eso de momento es solo una hipótesis.
El 88 por ciento de los adultos mexicanos está vacunado y la tercera dosis ya se inició en ancianos, personal sanitario y comenzará en los próximos días en maestros.
“No estamos tan preocupados como antes (…) sólo a los no vacunados se les ve la cara de terror”, comentó Arturo González Ledesma, de la subdirección médica del Hospital Ajusco Medio, un centro público del sur de la capital. Pero subrayó que “hay que ser muy prudentes (…) no hay que decir que vamos a salir ya”.
El aumento de los contagios ha hecho que una decena de entidades, de los 32 del país, retrasen el regreso presencial a la escuela, un retorno a clases que oficialmente inició el lunes, pero que en Baja California Sur y Quintana Roo, por ejemplo, no será sino hasta el 17 de enero.
La demanda de pruebas también se ha incrementado. En La Paz, los lugares para hacerse los test lucían esta semana con largas colas y la Ciudad de México anunció este martes la ampliación de horarios en más de un centenar de centros de salud, así como la realización de pruebas en kioscos especiales y en centros comerciales para duplicar su número y poder llegar a las 23,400 diarias.
México se acerca ya a los 4 millones de contagios y a las casi 300,000 muertes confirmadas por prueba, aunque la cifra de fallecidos vinculados al COVID-19 ronda los 450,000, según cifras oficiales.
Fuente: El Financiero.