En tan sólo seis horas, una guerrilla entre grupos criminales de Sonora, en Caborca, desató balaceras, secuestros y levantones, lo que produjo que familiares de varias víctimas pidieran que se les regrese a sus hijos o esposos.

Y es que durante la noche se registraron distintas ráfagas de armas de fuego de grueso calibre, así como caravanas de vehículos con hombres armados que provocaron que los habitantes de la zona vivieran momentos de terror.

De hecho, por medio de varios videos, los residentes de Caborca externaron cómo sufrieron dichos momentos en los que también suplicaron por la vida de sus hijos quienes se habrían reunido para jugar.

En un video de seguridad se aprecia cómo un numeroso convoy con hombres fuertemente armados, así como con vehículos con blindaje artesanal, circulan por las calles sin que nadie les haga frente.

Incluso, después de varias horas de estos sucesos que iniciaron en el municipio de Pitiquito y se trasladaron a Caborca, se siguen reportando personas desaparecidas, vehículos y viviendas dañadas por impactos de bala.

También Proceso reportó que un comando de aproximadamente 20 personas secuestró esta madrugada al hijo del periodista Marco Antonio Manríquez Duarte, luego de ingresar al domicilio donde se encontraba durmiendo.

En entrevista, el reportero Manríquez Duarte consideró que el secuestro no está relacionado con su labor periodística y rechazó que su hijo y un amigo de éste, que también fue sustraído, se dediquen o estén relacionados con actos ilícitos o el crimen organizado.

Angustiado, el periodista dice que pudo tratarse de una confusión y relató que la noche de ayer, desde las 20 horas, en la mayoría de las colonias de Caborca se escucharon balaceras de grupos criminales que al parecer se están disputando la plaza.

“Desde las 8 de la noche se empezaron a escuchar las balaceras y creemos que lo más viable es que se trate de una confusión porque mi hijo y su amigo no tienen nada que ver con el crimen. Realmente estamos muy despistados de las razones por las cuales los levantaron, pero tampoco creo que sea por mi trabajo porque yo cubro otro tipo de notas, no me dedico en específico a la nota roja, aunque sí, cuando hay balaceras las reporto, cubro de todo”, comentó.

Finalmente, de acuerdo con su testimonio, su hijo, Sebastián Manríquez Verdugo y su amigo de infancia, Eduardo Uribe, ambos de 23 años, tuvieron el día libre en sus respectivos trabajos por lo que fueron a comer juntos y por la tarde se quedaron en la casa de Eduardo.

Fuente: Reporte Indigo.

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