“La última palabra”
Por: Jorge A. Martínez Lugo
Hay una percepción social que va cobrando fuerza. La actual legislatura va a ser recordada como la peor en la historia de Quintana Roo.
Se tenían muchas expectativas, pero fue una gran desilusión. Es más, ahora que los diputados buscan reelegirse hasta por 12 años, esta decepción se fortalece.
En 2019, los electores le dieron mayoría a la Alianza Juntos Haremos Historia, para impulsar desde el Congreso de Quintanas Roo, los cambios de la Cuarta Transformación.
Morena y aliados ganaron 15 diputaciones, contra 10 del PAN-PRD y sus aliados. Una mayoría bastante cómoda.
Sin embargo, las diputadas y diputados de Juntos Haremos Historia, muy pronto se subordinaron al ejecutivo estatal y no han actuado como un contrapeso, tal como fue el mandato de las urnas.
El gobernador perdió presidencias municipales en 2018 y perdió la mayoría del Congreso en 2019. Entonces, ¿Cómo pudo recuperar el control del Congreso? Mediante la teoría del caos. Con Morena, fácil.
A escasos diez días de conocerse la derrota del 2 de junio de 2019, el 14 del mismo mes, la XV Legislatura saliente, aprobó la desaparición de la Gran Comisión y creó la Junta de Gobierno y Coordinación Política, JUGOCOPO para la siguiente XVI legislatura.
Además, en la nueva Ley Orgánica dejaron varios candados para propiciar la ingobernabilidad en la XVI Legislatura, en la que iba a tener mayoría la alianza Juntos Haremos Historia, de 15 contra 10 diputados.
Primer candado: la creación de la super Secretaría General, en lugar de la Oficialía Mayor, para que el ejecutivo mantuviera el control del Congreso, a partir del control administrativo y del presupuesto.
Segundo candado: con un simple oficio, cada grupo parlamentario puede cambiar a su coordinador, y por tanto, al presidente del máximo órgano, la JUGOCOPO, para crear crisis interna. Tal como sucedió.
Con estas medidas, fue fácil comprar dos o tres conciencias legislativas, usando todo el poder político y económico del ejecutivo, para desarticular al grupo parlamentario de Morena y del PT. Con la bancada del PVEM no hay problema, porque es incondicional a CJ.
Entonces, Humberto Gasca fue destituido como coordinador de Morena y por tanto como presidente de la JUGOCOPO, mediante un golpe de estado de su propia compañera morenista, Reyna Durán, ya para entonces con apoyo del PAN-PRD-PRI.
Poco después, iban a sustituir a Reyna Durán, mediante el mismo método golpista, pero el gobernador intervino, paralizando el Congreso, a través del brazo poderoso de la Secretaría General, con el pretexto de la pandemia del Covid-19. Consumándose así, un segundo golpe de estado al Poder Legislativo.
Luego y hasta la fecha, el partido verde preside la JUGOCOPO y el PAN presidirá el tercer año, para un cierre terso desde el Poder Legislativo.
Los diputados de Morena están divididos y subordinados al gobernador panista, a quien le aprueban todas las iniciativas que manda, como es el caso de más deuda pública; nombramientos a modo en órganos autónomos y reelecciones legislativas de 12 años para consolidar el blindaje.
Por todo ello, la XVI Legislatura pasará a la historia como la peor de todas. El ejecutivo y los diputados se emparejaron, al traicionar la confianza del voto de los quintanarroenses.
Esta percepción, se confirma con una reciente declaración del diputado Roberto Erales, del PT, una de las pocas voces críticas, quien expresó en tribuna: “Tuvimos la oportunidad de tener una legislatura (digna) y se nos fue de las manos”. Como siempre, usted tiene la última palabra. Chetumal, 180721.